Correr en verano puede ser tan gratificante como desafiante. Las temperaturas altas, el sol intenso y la humedad son factores que pueden poner a prueba tu resistencia. Pero con la planificación y el cuidado adecuados, puedes seguir disfrutando de tus entrenamientos.
Planifica tu ruta antes de salir de casa
Antes de salir, revisa el recorrido y localiza fuentes o zonas de sombra. Esto te ayudará a evitar imprevistos.
Hidrátate muy bien
Bebe agua antes, durante y después de correr. Si la salida es larga, incluye sales minerales para reponer electrolitos.
Protégete del sol
Elige ropa técnica de colores claros, ponte gorra y aplica protector solar resistente al sudor.
Elige las horas frescas
Corre temprano por la mañana o al atardecer, cuando la temperatura es más baja y el sol menos intenso.
Escucha tu cuerpo y baja el ritmo
Si notas mareos, cansancio o molestias, baja el ritmo y tómatelo con calma.

El calor no tiene por qué frenar tus ganas de correr. Con pequeños cambios en tu rutina y el equipo adecuado, podrás mantener el ritmo y disfrutar de los entrenos, incluso en los días más cálidos.